lunes, 25 de mayo de 2009
El caso - La resolución
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De pronto una luz se encendió en mi cabeza. Lo cierto es que todavía no entendía por qué la habían atado a la vasija, ¿qué sentido tenía? Lo que sí sabía era quien la había matado. Entré en el comedor con aire triunfante. Pronto iba a resolver este caso. Mandé a un policía a que registrara el cuerpo de Williams y así sacar más pruebas. Y así he llegado hasta aquí."
- ¿Y bien? ¿Quién es el asesino?, preguntó el Señor Bowie.
- Esperaba que usted me lo dijera, señor Bolan.
Bolan se quedó perplejo.
- ¡Yo no maté a la señorita Williams! Me decepciona...
- ¡Y usted me decepciona a mí! No le he acusado en ningún momento de haber matado a Williams.
- ¿Cómo debo decirlo para que lo entienda? ¡Yo no la maté!
- Tal vez, pero sí sabe quien lo hizo.
Señalé a Ginoli con el índice.
- Señor Ginoli, ¿qué hizo cuando me marché?
- Fui a la cocina, delante de los señores Weller. Quería hablar con Bolan.
- Y mientras los Weller cogían leña en el almacén, usted aprovechó y escondió el cadáver en el balcón, justo después de hablar con Bolan y pedirle la llave del balcón. Era el momento idóneo puesto que nadie podía verle.
Los ojos de Ginoli casi se salían de sus órbitas.
- ¿Me está diciendo que yo hice todo eso? ¿Yo sólo? Por favor detective, piense un poco. Es cierto que nos acabamos de conocer y tampoco sé mucho de usted, pero le creía con un poco más de cabeza. Cualquiera se habría dado cuenta de que para llevar un cuerpo y todos esos utensilios al balcón harían falta como mínimo dos personas. Y yo soy sólo una.
- ¿Entonces me está diciendo que el señor Bolan le ayudó?, respondí yo.
- Mire, seré sincero con usted, creo que está cometiendo un error. Yo estuve con Bolan todo el rato en la cocina. No se lo podemos preguntar a la señora Mercer porque está muerta, pero le juro que no me moví de allí.
- No tiene pruebas para demostrármelo, además ¿de que estaban hablando?
- Queríamos esperar un poco pero creo que dada la situación no hay más opción... El señor Bolan y yo estamos juntos desde hace unos meses y estábamos pensando en casarnos. En la cocina estuvimos hablando de posponer la boda por el fallecimiento de Williams.
Tardé un poco en contestar, la respuesta me había pillado desprevenido.
- ¿Es cierto todo lo que dice?
- Sí, respondió Bolan.
- Está bien, de momento no os haré más preguntas, pero si no saco nada en claro con los demás invitados no tendré más remedio que volver con vosotros. Señor y señora Bowie, a vosotros no os voy a hacer preguntas. En todo momento he sabido donde estabais. Además fueron los últimos en llegar, después de mí.
Llegó el policía con un papel en la mano.
- Es todo lo que he podido encontrar. La señorita Williams no llevaba nada más relevante en el bolso y en la ropa.
El papel era una invitación. Pero era diferente a las nuestras. Además la hora de llegada era otra, mucho más pronto que nosotros.
- Llevárosla y analizadla en busca de huellas dactilares.
- Por favor, ¿puede darse prisa? Es que empiezo a tener hambre, dijo la señorita Dylan.
- Señorita tómeselo en serio, por favor, han muerto tres personas y hasta que no encontremos al o a los culpables no nos podremos ir. Bueno ya que me ha hablado, ¿qué hizo antes que desapareciera el cuerpo de Williams?
- Yo me quedé en el comedor.
- ¿Y por qué no estaba cuando volví?
- Porque había ido a hablar con Bolan.
- ¿Y no vio nada cuando iba a la cocina?
- Lo cierto es que oí un ruido que venía de arriba, pero no le dí importancia porque suponía que sería el viento o un pájaro.
- Está claro que miente, replicó el señor Weller. Ella era la única que no estaba haciendo nada.
Ni siquiera escuché a Weller. En los ojos de Dylan se veía claramente que decía la verdad, era como un libro abierto.
- Señor Weller, no se precipite. Todavía no he hablado con vosotros.
- ¿Pero que va a decirnos? Nosotros estuvimos en el almacén cogiendo madera. Además la señora Bowie dijo que fue a prepararse una tila antes de que encontráramos el cadáver así que no está del todo limpia.
El señor Weller parecía inquieto. Eso era muy sospechoso ya que antes de la muerte de Williams estuvimos hablando y no me pareció una mala persona.
- La señora Bowie no fue. Sí que es cierto que fue a prepararse una tila pero no tuvo el tiempo suficiente como para matarla. Además, Williams estuvo ausente desde el principio de la fiesta, supuestamente se encontraba en la salita. Y yo, sinceramente, creo que ya estaba muerta.
No podía pararme ahí, debía continuar con la muerte de Nile y de Mercer.
- Seguramente el señor Nile fue envenenado por el asesino para que no le diera tiempo a decir nada. Tal vez lo pillará matando a Williams. El asesino debió amenazarle y por eso no me dijo nada sobre la víctima y desvió mi atención hacia Ginoli. Lo que no sabía era que el asesino le había puesto algún veneno en la bebida para asegurarse de que no se le escapará nada.
- Buena deducción, dijo Ginoli sorprendido.
- La muerte de Mercer es un misterio, pero puedo creer que se suicidó por razones externas a...
- Señor detective, hemos encontrado las huellas dactilares del señor Weller en esta invitación.
- ¿Y bien? ¿Cómo explica eso, señor Weller?
- La señorita Williams me enseñó su invitación porque era diferente a la mía, por eso tiene mis huellas.
- Vuelvo enseguida.
La respuesta se encontraba en ese lugar. En efecto, cuando llegué al almacén pude confirmarlo: no había ni un rastro de leña y en el comedor nadie había encendido la chimenea. Parecía tan evidente que nadie se había dado cuenta.
- Señor Weller me temo que es usted mi principal sospechoso. Es más, la señorita Williams lleva muerta desde antes de que llegáramos, pero no antes de que usted llegara, ¿verdad Bolan?
- Así es, los Weller llegaron justo después que Williams, aunque yo no pude estar con ellos porque estaba preparando la cena, dijo Bolan.
- Tuvieron tiempo de sobra para matar a Williams. La amordazaron primero para que no gritara, o no, mejor aún, la dejaron inconsciente antes. Después le dieron con el martillo en la cabeza lo cual no la mató pero la dejo medio muerta. Si la ataron a la vasija era para que la encontráramos antes, puesto que nadie iba a estar fijándose en ella. Cuando finalmente murió, cayó al suelo, cortó el hilo con unas tijeras de podar que había dejado al lado de la puerta, y como la vasija estaba inclinada, al perder el apoyo se cayó al suelo y se rompió. La mordaza, así como los trozos de hilo de pescar los dejaron en el almacén, seguramente dentro del cortacesped para que los policías no lo encontraran. Cuando os fuisteis al almacén a, supuestamente, coger leña, os disteis cuenta que no había pero aún así tuvisteis que seguir con la farsa y mientras la señora Weller hacía ruido en el almacén, usted, señor Weller, subía el cuerpo de Williams al balcón. Ya había estado en esta casa antes, por lo que sabía perfectamente donde estaba la llave del balcón. Mientras lo escondía, la señorita Dylan debió de pasar por el pasillo y oyó el ruido de la puerta del balcón, pero no le dio importancia. Cuando bajó, la señora Weller subió rápidamente y dejó todos los utensilios al lado del cuerpo. Usasteis guantes, por eso no se han encontrado huellas dactilares vuestras en las herramientas, sino las de Bolan, pero las suyas eran más antiguas, de hecho de hacía unos días, sin embargo las de la invitación eran de hacía una semana por lo que su afirmación es falsa, usted no tocó esa entrada, de hecho ni siquiera se esperaba que Williams la llevara ese día. Pero no tenía más remedio que mentir.
- No dice más que disparates, ¿unas huellas dactilares en una invitación? ¡¿Qué prueba es esa?!, gritó el señor Weller.
- Mientras halábamos unos investigadores han ido a vuestra casa, la invitación se imprimió desde allí. Era la misma tinta. Se la enviasteis para que fuera antes que los demás invitados y así poder matarla sin que nadie se diera cuenta. ¿Por qué lo hizo?
- ¡Basta! Déjelo ya, lo confieso, matamos a la señorita Williams, dijo la señora Weller.
- ¿Pero que haces mala mujer? ¿Cómo te atreves?, dijo con tono amenazante el señor Weller.
- Bueno sólo me hacía falta una pequeña confesión. Está todo grabado. Ya podéis arrestarlos.
- ¡Nos veremos en el juicio, maldito detective!
Cuando se los llevaron me sentí aliviado. Ya estaba todo resuelto. Pero todavía me quedaba la duda, ¿por qué la habían matado?.
- Quieres saber por qué la mataron, ¿verdad?, me dijo Dylan, como si me hubiera leído la mente.
- Sí, la verdad es que sí.
- Lo cierto es que la señorita Williams estaba con el señor Nile. Cuando supo que los Weller habían sido invitados a esta fiesta, ya sabía que la iban a matar. Nile intentó evitar que fuera, pero ella le dijo que debía pagar por lo que había hecho y que su muerte sería el precio. El señor Nile también era amigo de Bolan, así que también pudo asistir a la fiesta. Quería evitar a toda costa que mataran a Williams, pero eso le costó la vida. La señora Mercer, que estaba enamorada del señor Nile, se suicidó cuando vio que le habían envenenado. Ella siempre llevaba una pistola encima suyo, por si acaso, así que la utilizó para matarse. El porque es muy sencillo: Williams había pedido dinero a los Weller y lo invirtió en el juego. Ella era una gran jugadora de póker, así que se lo devolvería a los Weller con intereses, pero no le fue nada bien y se lo ocultó a los Weller. Estos cuando se enteraron la amenazaron con la muerte si no les devolvía todo el dinero. Pero ella no podía devolverles nada, así que aceptó la muerte como precio.
- Es patético, ha muerto por dinero... ¿Cómo sabes tú esto?
- Es un secreto, me dijo sonriendo.
Se marcharon de la casa, contentos por haber resuelto por fin el caso que les había privado de cena aquella noche.

¡¡¡Qué largo!!! Lo siento u.u

Diego

3 comentarios:

Pier 39 dijo...

al final ha acabado como tenía que acabar... y te las has sabido apañar! me ha gustado mucho, especialmente el final, y el hecho de que hayan personajes que sean de fiar. Ya empezaba a sospechar de todos, inclusive de Dylan! me decía, "no será capaz de hacerme eso!" XD
está bien que sigas haciendo esas historias con continuación, me gustan tanto de esa manera como de la otra.
bye bye bye

Pier 39 dijo...

Me alegro que te guste :) al final sospechabas de todos xD en realidad mejor, así te sorprendes más al final. De todos modos era difícil imaginarse que eran los Weller, pero de Dyaln no tendrías que haber dudado, ya te dije que ella tenía un papel especial jeje Después de esto, dudo mucho que haga más historias con continuación (porque esta ha durado demasiado) así que me vuelvo a las minihistorias.

Lola Gea dijo...

muy bueno diego!!!!!!!! de verdad, yo no soy capaz de escribir algo asi tan policial... ;)

A día de hoy...

Día 10 de noviembre de 2010: Siguen las mini-entradas. Diego

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