domingo, 10 de mayo de 2009
El lugar caótico
El lugar era inmenso. En él se dibujaban praderas de todos los colores, bajo un cielo azul intenso y despejado. Se veían árboles grandes y verdes. Animales de todas las clases: conejos alimentándose de la hierba verde y fresca, ciervos correteando entre los árboles, colibrís posándose en las flores y una infinidad de seres vivos que habitaban allí. Sin duda, el lugar era perfecto para descansar y respirar aire puro. Era perfecto para pasearse por los prados, sintiendo la naturaleza bajo tus pies; escuchando el piar de numerosos pajaritos, el sonido del viento. Era un lugar hermoso alejado de la civilización. Sin embargo cualquiera podría vivir allí. Poseía muchos árboles frutales, así como arroyos y un manantial de agua mineral. Además, cientos de arbustos y árboles daban cobijo a las diferentes especies que allí habitaban. Es extraño que, siendo tan maravilloso, todavía nadie lo hubiera visitado. Lo cierto es que, los pocos que sabían de su existencia, no dejaban que nadie lo supiera. Si algún día llegara el caos al mundo, ese lugar debería estar a salvo, así, el ciclo de la vida podría empezar de nuevo. Sabían que si alguien descubría ese lugar, lo usaría para su provecho, puesto que no era un lugar protegido por ningún gobierno. ¿Pero que iban a hacer? El hombre es así y siempre será así, egoísta y egocéntrico, con ese ansia de poder que lo caracteriza. Lo destruye todo, y destruiría también ese lugar, es por ello que debe ser conservado. Era el único lugar no contaminado y en el que todavía existían especies que se consideraban en extinción.

Cuando el caos llegó al mundo, nadie tenía la esperanza de sobrevivir. Las calles estaban abarrotadas de gente. Gente que corría hacia ninguna parte. Gente que se quedaba en casa esperando lo peor. Gente que huía sabiendo que allá adonde fueran se encontrarían con la misma situación. Los que conocían El lugar, partieron hacia allá para refugiarse. Lo que no sabían es que alguién los vio huir hacia un sitio que, supuestamente, estaba vacío. No tenía ningún sentido y por ello les siguió. Al ver que llegaban a un lugar alejado del caos, no dudó en llamar a todos sus conocidos, y sus amigos a otros amigos. Al final aquel lugar se convirtió en la última esperanza de miles de personas. Pero cuando llegaron todo desapareció. El verde se convirtió en rojo, los animales se transformaron en bestias y las flores murireron una a una, perdiendo todo su color. El fuego comenzó a propagarse por el prado, y gracias a las flores secas, no tardó en destruirlo todo. Sólo quedó un pequeño riachuelo que lo reflejaba todo. Reflejaba el cielo rojo, el odio, la codicia y a todos los seres humanos que no tuvieron más remedio que refugiarse a su alrededor. Los que habían protegido aquel lugar hasta entonces, lo habían traicionado y aquel lugar mágico se lo había hecho pagar. Y por culpa de su avaricia, por querer poseer ese lugar, habían acabado con él. Y aunque no les quedaba tiempo para arrepentirse, habían aprendido una lección muy importante. Lástima que no tuvieran una segunda oportunidad... ¿Pero acaso hemos dado alguna oportunidad nosotros a la naturaleza?

Dos textos en uno :P Así al menos no se notará tanto que he estado cuatro días sin escribir! Mañana, después del commun de mates, escribiré más. Y a ver si cambio un poco el diseño de mi blog!! (estoy muy vago u.u)

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