miércoles, 3 de junio de 2009
Distracción
Ahora que ya se ha acabado el oral no tengo que estudiar más. No sé que hacer, estoy sentado delante del ordenador escuchando música. ¿Por qué necesito una distracción para estar tranquilo? Cuando intento relajarme, tumbándome en la cama por ejemplo, me asaltan miles de pensamientos que ni siquiera sabía que estaban ahí, y eso me incomoda. Es como si el mundo entero me hablara, como si escuchara conversaciones que no tienen nada que ver conmigo pero que, aún así, las oigo. Me acuerdo de cosas pasadas o de cosas que puede que haga, visualizo objetos que he tenido ese mismo día delante o que me marcaron en el pasado, incluso siento las emociones que he sentido o que sentí. Que sensación tan extraña. En el fondo me gusta sentirme así, lo malo es que entonces no estoy tranquilo. Tal vez sea por la presencia de tanta información en mi cabeza que no me deja ni respirar, o tal vez sea sólo por el hecho que quiero descansar y no me apetece pensar. Yo diría que toda esa información la voy almacenando durante el día, voy analizando inconscientemente cada cosa que veo y luego la proceso cuando no me estoy distrayendo. Cuando lo pienso sonrío, en realidad me gusta analizar las cosas que me rodean, preguntarme acerca de ellas. Intento entender el comportamiento de las personas, saber porque hacen esto o lo otro. Que manía más rara tengo, pero es que tengo mucha curiosidad y con el tiempo la voy saciando, porque cada día que pasa voy entendiendo mejor a las personas. Aunque todavía no entiendo muchas cosas de mí y me gustaría encontrarles explicación, intentar explicar cosas ajenas a mí consigue llenarme y hace olvidarme de mis verdaderas preocupaciones. Es una especie de distracción. Todos necesitamos al menos una para no pensar en lo que realmente nos preocupa: la muerte. Todo, absolutamente todo lo que nos rodea está predispuesto para que no pensemos en lo que nos deparará el futuro. En realidad somos patéticos, ni siquiera podemos valernos por nosotros mismos, pero eso es porque no conocemos el sentido de nuestra vida, si lo conociéramos entonces no haría falta vivir. Su sentido se encuentra en el camino que recorremos para encontrarlo, plagado de distracciones que nos impiden ver la verdad, pero lo cierto es que no queremos saberla. Y la verdad es que nunca sabremos la verdad.

Diego

0 comentarios:

A día de hoy...

Día 10 de noviembre de 2010: Siguen las mini-entradas. Diego

Let's make this happen recomienda

Blogs recomendados