martes, 4 de agosto de 2009
El detalle - primera parte
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"¿El crimen perfecto? Eso no existe", dijo con tono burlón el detective a su ayudante. Pero lo cierto era que el asesino no había dejado ni una sola pista. Había borrado su rastro como alguien que borra sus pisadas en la nieve. Era todo tan confuso; la víctima, una mujer de unos veintiséis años de edad, pelo largo castaño, facciones afiladas y labios carnosos y rojos. Una mujer realmente bella que sabía sacarse partido. Llevaba un vestido rojo brillante muy corto y escotado, conjuntado con unos zapatos de tacón de aguja rojos también. En su mano derecha sostenía un bolsito diminuto negro satinado. Era una mujer alta y delgada, con las medidas perfectas para ser modelo. Se llamaba Anne Harry. Vivía en Chelsea con su novio desde hacía dos años. Era diseñadora y contable, además de utilizarse como modelo para probar sus diseños. Sin duda era una mujer de mucho dinero, además de haber nacido en una familia de empresarios de éxito, lo que le había facilitado la entrada en el mundo por el que se había estado moviendo, hasta ahora. Ahora estaba tirada en el suelo, sin respiración, con un agujero de bala en la cabeza. Cualquiera diría que eso era una pista que les podría conducir al arma del crimen, pero la pistola con la que se había disparado aquella bala se encontraba agarrada a la mano izquierda de la víctima. No era un suicidio, eso ya lo habían descartado; si se hubiera pegado un tiro en la cabeza el agujero habría sido distinto, además el cañón del arma habría sido dañado y no habría utilizado silenciador. El arma era una Beretta 92, una pistola semiautomática usada exclusivamente por el ejército de los Estados Unidos y por la policía de otros países. Al registrarla se descubrió que el propietario era un soldado del ejército estadounidense que había fallecido hacía relativamente poco. La causa de su muerte: un infarto fulminante. Además no estaba relacionado con la víctima en ningún aspecto. Lo peor de todo era que sus pertenencias -tanto la pistola, como su ropa- habían sido enterradas con él, o al menos eso era lo que se creía. Estaban ante un caso realmente difícil y para resolverlo tendrían que interrogar a medio mundo, pero había algo que al detective no le cuadraba y era hora de darle sentido.

(Nota del autor -siempre he querido escribir eso :P- aquí tenéis una nueva trama que seguir, tendrá bastantes capítulos, eso no lo dudéis, y esta vez estarán mejor escritos que en mi anterior relato de intriga. Espero que os guste ^^)

Diego

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