Ni siquiera eran mayores de edad y sus mentes ya eran capaces de viajar más allá del tiempo. La música les iba a acompañar a todas partes, eso estaba claro. Se habían convertido en algo más que amigos, eran como hermanos, almas gemelas destinadas a vivir cientos de miles de cosas juntos. Nada ni nadie podía quitarles de la cabeza sus ambiciones e inquietudes. Una pequeña llama se había encendido dentro de ellos y poco a poco iba avivándose, cobrando fuerza. Podía ser el comienzo de un proyecto fallido, pero aunque lo fuera, esa sensación tan revitalizadora no iba a desaparecer nunca de sus corazones. Hay cosas que nunca se van, y se encuentran en nuestro interior. Son sentimientos que nos mueven, que nos dan fuerza. Y aunque todo se venga abajo, siempre dejan un recuerdo al que agarrarse.
Gracias por todo lo que me habéis hecho pasar, y por lo que aún queda.
Somos Pier 39, y esto es la introducción a nuestro blog, donde próximamente publicaremos noticias nuestras (y yo, Diego, seguiré publicando textitos mientras).
PD: No hay foto, pero actualizaré el blog con una foto de nosotros cuatro.
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